James Rhodes, Fotógrafo
13.04.2024-18.05.2024
«Mirando hacia atrás en mi vida antes de España, me doy cuenta de que pasaba mis días constantemente mirando hacia abajo. Puedo describir perfectamente las aceras de Londres. La arquitectura, los colores, la geometría no tanto.
Una de las mayores revelaciones de mudarme a España y coger mi primera cámara ha sido encontrar un país y una pasión (en este caso, la misma) que me inspira a mirar hacia arriba. Levantar la cabeza, echar hacia atrás los hombros e inhalar las ciudades. Tomar fotografías de lugares, personas, vistas y escenas mientras viajo por España se ha vuelto instintivo. Es una manera de reducir la velocidad, estar presente, ser testigo.
Estas fotos son una selección de momentos que he pasado que me han hecho detenerme y ver, realmente ver y dedicar ese pequeño segmento de tiempo tanto a mi memoria como a mi tarjeta de memoria. Cualquier momento que llene el visor de la cámara también llena un poco de mi alma. Cada foto deja un eco de su propia historia, y de alguna manera esas historias ahora se han convertido en una pequeña parte de mi propia historia y, con solo mirarlas, de la tuya también. Es un lujo por el que siempre estaré agradecido.»
James Rhodes
Madrid 2024
Looking back on my life before I arrived in Spain, I realize that I spent my days constantly looking down. I can describe perfectly the sidewalks of London. The architecture, the colors, the geometry not so much.
One of the biggest revelations of moving to Spain and picking up my first real camera has been finding both a country and a passion (in this case, one and the same) that inspire me to look up. Tp raise my head, drop my shoulders and breathe in the various cities and towns. Taking photographs of places, people, sights and scenery whilst traveling around Spain has become instinctive. It’s a way for me to slow down, to be present, to be a conscious witness.
These photos are a selection of moments I have experienced that have made me stop and look, really look, and dedicate that small slice of time to both my memory and my memory card. Any scene that fills the camera viewfinder also fills a little bit of my soul. Each photo leaves an imprint of its own story and history, and somehow those echoes have now become a small part of my own story and, just by looking at them, of yours too. It is a luxury, a bit of magic, for which I will always be grateful.
James Rhodes
Madrid, 2024