Carolyn Marks Blackwood
14.11.19 – 04.01.20
La Galería Blanca Berlín presenta por primera vez en Madrid a la artista norteamericana Carolyn Marks Blackwood (Alaska, 1951), fotógrafa y reconocida guionista y productora de cine. Magnolia Mae Films, de la que Blackwood es socia mayoritaria, cuenta en su haber con un Óscar y nueve nominaciones a los premios de la Academia, entre otros galardones.
En 2015, Blackwood fue presentada por Artnet News en Five Artists to Watch: The Photography Edition «(…) al jugar con la perspectiva, Carolyn traspasa los límites de lo que significa ser fotógrafo de paisajes, ampliando los parámetros del género al incorporar a los vastos escenarios románticos la apreciación de lo minúsculo y lo invisible en la naturaleza». Es socia principal de Magnolia Mae Films, que ha producido, entre otras películas, The White Crow (2018), Dancer (2016), The Invisible Woman (2013), Philomena (2013) y The Duchess (2008), habiendo recibido un Óscar y nueve nominaciones a los premios de la Academia. Las fotografías de Carolyn Marks Blackwood forman parte de las colecciones del Museo Mattatuck, el Instituto de Historia y Arte de Albany, el Mint Museum, la Colección Roberto Polo (CORPO) de Toledo, entre otras instituciones, así como de numerosas colecciones privadas de todo el mundo.
En esta exposición, que recoge su último trabajo The Story Series, Blackwood nos muestra una colección de fotografías de gran formato en las que ha captado escenas que completa con una frase a modo de leyenda narrativa. El juego entre la palabra y la imagen nos acerca a su faceta más cinematográfica, invitando al espectador a completar con su propia interpretación cada una de las imágenes. Al agregar subtítulos a sus obras, Blackwood redefine la fotografía, proyectando el momento capturado hacia el futuro o, incluso, hacia el pasado.
En sus escenas no aparecen seres humanos, pero todas ellas evocan personajes invisibles cuyo destino se sugiere mediante la línea de guión que figura al pie de cada fotografía, narrando una historia de la que se infiere una inconclusa trama. Casi todos son paisajes nocturnos misteriosamente iluminados, sin artificio alguno, tomados en los senderos y bosques que rodean su casa, junto a un acantilado con vistas al río Hudson en el norte del estado de Nueva York. Blackwood da vida a esos momentos en que las cosas que han sido secretas y ocultas, de repente salen a la luz, cuando el subconsciente emerge. El hecho de que estas imágenes sean muy grandes es crucial para su capacidad de absorber al espectador en un drama narrativo. Blackwood puede recortar una imagen por razones de composición, pero no altera los colores captados por su cámara, como los faros de un automóvil o el resplandor de las farolas. Sin embargo, sus decisiones de ampliar lo que captura su cámara y aislar imágenes con el borde negro que las enmarca, las acerca aún más a la realización de películas en el sentido de que las imágenes son como las tomas individuales de un guion gráfico que cuentan las historias que van a filmar.
Blanca Berlin Gallery presents for the first time in Madrid the American artist Carolyn Marks Blackwood (Alaska, 1951), photographer and renowned screenwriter and film producer. Magnolia Mae Films, of which Blackwood is a majority member, has an Oscar and nine Academy nominations, among other awards.
Carolyn Marks Blackwood (Alaska,1951) is a photographer, screenwriter, and film producer. In 2015, she was featured by Artnet News in Five Artists to Watch: The Photography Edition. Artnet News wrote, “By playing with perspective, Blackwood pushes the boundaries of what it means to be a landscape photographer, widening the parameters of the genre from the typical vast romantic landscapes to an appreciation for the minuscule and the unseen in nature.” Carolyn Marks Blackwood is a principal partner of Magnolia Mae Films, which has produced, among others, The White Crow (2018), Dancer (2016), The Invisible Woman (2013), Philomena (2013), and the Academy-Award winning The Duchess (2008). Carolyn Marks Blackwood’s photographs are in the collections of the Mattatuck Museum; the Albany Institute of History and Art; and the Mint Museum; as well as in many private collections.
For all their narrative richness and complexity, Carolyn Marks Blackwood’s captioned photographs do not contain a single human figure. The moodily lit images of rural settings, and the telegraphic, open-ended words that accompany them, function as quasi-cinematic ‘sets’ for our projections, fantasies, and desires. That she can pull so much out of her relatively simple method is instructive about photography, cinema, and above all, about how we look at pictures.
Carolyn Marks Blackwood’s eerily lit nightscapes bring to life those moments when things that have been secret and hidden suddenly come to light; when the subconscious comes to the surface. The distant houses concealed behind trees, and lit from within, is an image that also suggests the mysteries of Belgian painters, such as the Symbolist William Degouve de Nuncques, and the Surrealist René Magritte, a pioneer in the juxtaposition of words and images that evoke a psychological response in the viewer.
It is difficult, even for the most hardened soul, to not lose itself in imagining, or remembering, or hoping, in front of Carolyn Marks Blackwood’s images—of reliving past trauma, past love, past heartache, past possibilities. That these projections of ours are always in the past tense is produced, perhaps, by the time encoded in the medium itself—photography records the what-has-been—and in the non-specific past-ness of the architecture, the narrow lanes, and the particular moodiness of the scenes.