Out of silence
A finales del verano de 2016, Miguel Soler-Roig viajó a una de las regiones más inaccesibles de Tíbet para escuchar las primeras palabras de un Lama que mantuvo durante tres años un voto de silencio. En la cultura oriental son mucho más conscientes de la necesidad de practicar la mirada interior. El silencio permite acallar la mente y descubrir la esencia que nos conforma.
El artista acompañó al Lama en su deambular cotidiano, compartiendo una vida espiritual manifiesta en cada pequeña acción y en la manera de relacionarse con el mundo. A través de diversas fotografías nos muestra sus ocupaciones diarias – rezos, repetición de mantras, meditaciones, visitas al templo – y su entorno más inmediat el misticismo de los paisajes de Dzogchen en el antiguo Reino de Kham, la humildad y compromiso de sus gentes y la idiosincrasia de una cultura ligada a lo meramente trascendental. Las imágenes expresanesta filosofía mediante símbolos velados y metáforas visuales. La quietud y la oscuridad remiten al silencio, la luz y el movimiento al despertar, el camino al curso del aprendizaje…
Las claves presentes en las fotografías culminan de forma envolvente y abrumadora en la obra videográfica. Una cortina de humo da paso a los cánticos del Lama entonando las primeras palabras de un mantra. El tránsito de la oscuridad a la luz se equipara con la experimentación de uno de los Bardos o “estados intermedios”: el primero o Chikhai Bardo. Esta fase es la que sucede en el momento de la muerte, cuando la conciencia se retira de los sentidos; uno ya no oye ni ve nada, todo se vuelve borroso hasta que se desvanece. En el vídeo se muestra el ciclo continuo que se origina y extingue en este punto pasando por todo un proceso de enseñanzas y aprendizajes en las que el Lama entra en comunión con la naturaleza, haciendo partícipe al espectador. El pergamino que lo acompaña constituye su primer testimonio tras haberse purificado en la doctrina del silencio. La espontaneidad y la frescura de su inspiración más inmediata plasmada sobre el papel. Miguel Soler-Roig propone una experiencia de introversión para sentir paz e imbuirse en el misticismo profundo de toda la serie fotográfica.
In the late summer of 2016, Miguel Soler-Roig travelled to one of the most inaccessible regions of Tibet to hear the first words of a Lama who maintained for three years a vow of silence. In Eastern cultures, they are much more aware of the necessity to practice the inward gaze. Silence allows the mind stillness and the discovery of the essence which shapes us.
The artist accompanies the Lama in his daily wanderings, sharing a spiritual life that manifests itself in each small action and in the way of relating to the world. Through the photographs he shows us his daily occupations -prayers, repetition of mantras, meditations, visits to the temple- and his immediate surroundings: the mysticism of the landscapes of Dzogchen in the ancient Kingdom of Kham, the humility and commitment of his people and the idiosyncrasy of a culture linked to the transcendent. The images express this philosophy through veiled symbols and visual metaphors. Stillness and darkness refer to silence, light and movement upon awakening, the path to the course of learning …
The key symbols of the photographs culminate in an overwhelming way in a videographic artwork. A curtain of smoke gives way to the chants of the lama singing his first words in a mantra. The transition from darkness to light is equated with the experimentation of the Bardos or intermediate states: the first one or Chikhai Bardo. This phase is what happens at the moment of death, when consciousness withdraws from the senses; one no longer hears or sees anything, everything becomes blurred until it vanishes. The video shows the continuous cycle that originates and extinguishes at this point through a process of teaching and learning in which the Lama enters into communion with nature, involving the viewer. The parchment that accompanies it constitutes his first testimony after having been purified in the doctrine of silence. The spontaneity and freshness of its most immediate inspiration reflected on paper. Miguel Soler-Roig proposes an experience of introversion to feel peace of mind and imbue in the deep mysticism of the whole photographic series.